sábado, 7 de marzo de 2020

Retrogaming - Warhammer Quest (V)

El miércoles pasado Edgar, Juli, Nacho y yo, continuamos el descenso a Karak Azgal preparado por Roger.

En la última partida conseguimos las llaves para penetrar en el tercer nivel de la mazmorra, con lo que retrocedimos hasta la sala en la que se encontraba la puerta encadenada del segundo nivel del subterráneo. Justo antes de abrir la puerta de esa sala, nos sorprendió un nutrido grupo de alimañas (6 murciélagos y 6 ratas gigantes).

El asesino de Juli y el caballero bretoniano de Edgard decidieron abrir la puerta que daba a la sala de la puerta encadenada para favorecer la retirada del mago de Nacho y de mi sacerdote, que eran las minis afectadas por el ataque de las alimañas, pero al abrir la puerta se encontraron la sala plagada de necrófagos, arañas gigantes dirigidas por el Nigromante, que resultó ser el comerciante que encontramos prisionero del que desconfié desde el primer momento.


En definitiva, estábamos rodeados, por delante y por detrás, y separados en dos secciones diferentes, con lo que no nos podíamos apoyar ni curar. El combate fue muy duro, y Nacho no paraba de sacar unos en la fase de magia, con lo que aparecían más y más bichos. Pero finalmente acabamos con todos, abrimos la puerta encadenada, y bajamos al tercer nivel de la fortaleza enana abandonada.


En los primeros pasos activamos una trampa que hizo que se abriera el suelo y nos deslizamos por una trampa de tobogán durante un tiempo indeterminado que se nos hizo eterno. Finalmente, nuestros huesos aterrizaron sobre un viejo y duro suelo. Solo tuvimos tiempo para explorar un par más de salas.



De momento hacemos un parón en la campaña, pero ya queda muy poco para acabar esta expedición. A ver si aguantamos con vida...

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