sábado, 14 de marzo de 2020

Probando las reglas de Nacho

Nacho ha preparado unas reglas interesantes para SoBH. A los jugadores nos representa una miniatura sobre la mesa, que tiene las reglas especiales Resistente y Héroe. Esta miniatura está acompañada de unos mercenarios contratados para la ocasión. La gracia es que ha ideado, entre otras cosas, un sistema de experiencia que tipo Blood Bowl y unos alineamientos tipo D&D que lo hace muy interesante.

Para empezar la fase de pruebas, nos juntamos Nacho, llevando una maléfica alianza entre Goblins y un Nigromante acompañado de sus esqueletos, Juli en su primera partida, llevando un héroe arquero acompañado de unos alegres halflings, y yo con el aventurero veterano junto a un puñado de guerreros.

 Los chicos de Juli
 
Los míos (faltaba un arquero)

Los esqueletos y su jefe

El objetivo de los malos era asaltar una posada regentada por un grupo de gnomos y capturar a la propietaria. Los buenos teníamos que aguantar 10 turnos impidiendo que secuestraran a la posadera.

Nacho jugaba con más puntos que Juli y yo juntos (ambos sumábamos unos 300). Yo pensaba que iba a ser un desastre total, pero aguantamos bien. Los halflings taponaron bien la estrecha entrada por donde decidieron entrar el grueso de los goblins, y taparon con bastante éxito las ventanas por donde se intentaban colar los pieles verdes. Por mi parte, mantuve a raya a los esqueletos que se colaron en en el interior de la posada por una trampilla, y también pude taponar las ventanas.

 Este era el aspecto del mapa al inicio

 Desde otro plano


Así fuimos aguantando con bastante éxito hasta el turno 9, cuando uno de mis guerreros acabó con el Nigromante solo para revelar que bajo su piel se escondía un terrorífico hombre lobo, que desmontó la parte de mi defensa helando la sangre de mis chicos o haciéndoles huir.

El hombre lobo acojonaba...

Simultáneamente, un Garrapato con la regla especial Salvaje consiguió acabar con un halfling, y el tapón de defensores puso pies en polvorosa tras ver los restos de la pobre bola chafada en el suelo.

El tapón, justo antes de sucumbir

Pero Nacho ya no tenía tiempo. El último turno solo fue para que los defensores nos reorganizáramos y poco más. Pero con un par más de turnos las cosas hubieran cambiado, y mucho. 

La posada poco antes de la penetración...

Lo que más me gustó fue la multitud de opciones que tenía el atacante para asaltar la posada (puerta principal, bastantes ventanas, la puerta de los establos por donde entraron los goblins, y la trampilla que daba al exterior por donde pasaron los esqueletos). Los defensores estábamos obligados a dividir fuerzas, y esto hizo la partida muy vibrante y divertida.

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