Tenía pendiente acabar de pintar los cachivaches que preparé recientemente. Todavía quedan los dos pequeños switchs, pero ya he acabado con esta otra chabola.
El cambio es significativo, conociendo que la estructura es de una caja de champiñones de supermercado, que hay un tapón de bote de orégano, y que el resto de piezas son de son cartulina, restos de un ordenador y el tapón de un champú. Todo reciclado. Y la pintura, en mayor parte de la barata de bazar asiático. La verdad es que me lo paso pipa desguazando, montando el material y experimenando. Además, todo es pintado muy bruto, como se puede apreciar.
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Así era antes la chabola |
Aquí dejo fotos de la chaola en sus cuatro ángulos.
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