Está siendo una temporada poco productiva en cuanto a partidas y hobby. Mis amigos están quedando demasiado tarde para mis costumbres, en casa estoy dedicando tiempo a otras cosas, y no tengo ganas de acercarme a los pinceles. "Necesitaría" pintar algunas miniaturas para continuar con las sesiones de Rangers y de Frostgrave, pero bueno, ya llegará una temporada más prolífica.
El caso es que a principios de diciembre continué con la campaña en solitario de Frostgrave, En la Peligrosa Oscuridad, y ya era hora de que publicara algo sobre la partida en el blog. En esta ocasión, tocó visitar la Cripta de los Saqueadores.
La Cripta es un lugar tan siniestro como este blog... |
La partida volvió a ser dura, pero asumible. Para variar, mi miniatura más pegona, el bárbaro, se quedó casi desde el principio de la partida con solo dos puntos de salud, con lo que la banda perdió mucho golpe. Los magos no estaban como para perder tiempo haciendo de curanderos. En este escenario, si no te das prisa, los espectros te crujen.
La partida antes en el turno 0 |
Reconozco que tuve algo de suerte. Los espectros pueden aparecer en cualquiera de las esquinas, pero tuve la fortuna de que no aparecieran en las esquinas hacia dónde tenía que correr para acabar con las ratas que se alimentaban de los huesos dentro de las tumbas de los Saqueadores.
Uno de los espectros viendo como roen sus huesos |
Eso sí, cuando ya lo tenía a punto de caramelo, con varias miniaturas amenazando a muy poca a distancia a las dos últimas ratas, costó. Vaya si costo. Creo que fueron tres turnos para matar a dos miserables ratas, con los dos magos lanzando granadas, el capitán y el oso en cuerpo a cuerpo... De hecho el oso cayó ante la última rata. Y con los espectros acercándose por detrás. Muy emocionante, y con final feliz.
p**a rata... |
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