El viernes por la noche nos juntamos en el Stas Tarat para jugar a Frostgrave. Nacho fue baja, pero Edgar y Kike ficharon, y esta vez también se apuntó Siro, quien se sentó al lado de Kike para dirigir en pareja la banda de brujos de este último.
Destacar que la partida de Frostgrave empezó en el Lázaro, dónde Edgar y yo tomamos energías para la ardua empresa que nos esperaba en la ciudad helada.
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Pero qué ricos los callos del Lázaro... |
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El mapa en el turno 0
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La partida fue trepidante. Como en la anterior, mi banda se situó justo entre las otras dos debido a una mala decisión en mi colocación. Para mi fortuna, esta vez Kike no me presionó por su lado, y solo tuve que lidiar con la banda de Edgar, que dividió demasiado sus soldados y acabó acribillado, literalmente, con toda la banda aniquilada. Al menos, las tiradas de supervivenvia no lo fueron del todo desfavorables. El mago perdió un punto de combate cuando ya tenía los 5 máximos, pero podrá recuperarlo con una subida. Creo recordar que ni el aprendiz ni los soldados sufrieron lesiones destacables.
Kike mandó rápidamente a su brujo hacia el tesoro central con un teleportar. La idea era que rápidamente llegaran sus animales para ayudarle (en esta partida tenía 2 lepoardos de las nieves y creo que dos perros y un oso). A pesar de que sufrió los ataques del nigromante y del ballestero de Edgar, la estrategia le salió bien, ya que, con esfuerzo y cubriéndo sus movimientos con sortilegios de Niebla, logró llevarse el tesoro central y junto con dos tesoros normales más.
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Parte de la banda de Kike, con el aprendiz al fondo
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Como decía, Edgar dividió sus fuerzas. Inicialmente parecía que iba a presionar hacia el tesoro central y el de su derecha, pero en un momento desvió soldados hacia mi zona. Yo me defendí reforzando a los míos. Edgar también, pero yo contaba con calidad y números mayores, y su aventura por mi lado acabó mal para sus intereses. Por el centro, Edgar no tuvo la fuerza suficiente como para enfrentarse en condiciones con el brujo de Kike, y por el otro lado, el del cofre a su derecha, tuvo la mala pata de encontrarse con un jabalí y dos sapos helados errantes que acabaron con la vida de un soldado y finalmente, ¡con la del propio nigromante
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El boticario de Edgar en primer plano |
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Por mi parte, al principio de la partida hice un tímido esfuerzo por acercarme al tesoro central, pero por mala colocación o por ver con más probabilidades de éxito a las otras bandas, no le di mucho ímpetu. Lo intenté unos turnos después mandando a mis pesos pesados hacia el centro, pero en ese momento fue cuando Edgar me ataco por el flanco, cerca de un tesoro que quería para mi, con lo que tuve que desviar tropas y renunciar al tesoro central. No me fue mal, ya que aseguré los dos tesoros de mi lado, y con un Transponer mandé a un ladrón con tesoro de Edgar justo cuando estaba ya al lado de la salida de la mesa mandándolo a un punto rodeado por mis pesos pesados. La jugada no le hizo ninguna gracia a Edgar, quien intentó acabar con mi aprendiz, que había quedado expuesto para poder lanzar el sortilegio. Por suerte, Decarabia aguantó los ataques del aprendiz de nigromante y de un ballestero, y pude reorganizar mis todavía numerosos soldados y sacar del peligro a mi aprendiz con otro Transponer. Para no alargar, el ballestero y el aprendiz de Edgar cayeron en combate, y yo escapé con los míos asegurando tres tesoros.
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Mis muchachos en el despliegue
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La postpartida no fue excelente para mi. Pero es igual, la partida me pareció tremenda y disfruté muuucho, sobretodo transponiendo de aquí para allá, aunque no dudo que Edgar intentará vengarse tarde o temprano.
A continuación dejo alguna otro foto de la partida.
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El brujo de Kike al lado del tesoro central
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Abajo a la derecha, Edgar acosando a mis soldados
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Casi al final de la partida
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