El jueves pasado se alinearon las estrellas y Edgar, Kike, Nacho y yo volvimos a quedar para continuar la campaña de Exploradores de las Profundidades Sombrías. En la partida anterior, llevábamos ya dos escenarios explorando el siniestro Templo de la Locura. Esta vez, el grupo entró en una gran sala diáfana dominada por cuatro sellos en el suelo. La sala solo tenía dos puertas, la que usó el grupo para penetrar en ella, y otra puerta sin pomo e inscrita en runas.
La partida fue muy divertida por la compañía. Además, los exploradores de Edgar y Kike son muy tochos, nivel 13. Y el mío, Panimiel el Resucitado, ya tiene el nivel 12 al alcance. El de Nacho es de nivel 2. Al empezar la siguiente misión yo también crearé un explorador nuevo, cosa que tendría que haber hecho en lugar de resucitar a Panimiel (he aquí la entrada de su triste, aunque coherente muerte). Lo que quiero decir es que fue bastante fácil. Creo que este es un juego difícil de nivelar su dificultad. Ya veremos cuando lleguemos a la Piedra Fantasma, que es dónde yo empecé a pasarlas canutas en mi partida en solitario.
Bueno, para no olvidarnos cuando volvamos a quedar. Todos los héroes están al máximo de vida para el siguiente escenario. A parte de los exploradores, continúan en el grupo los compañeros Macero, Fiscalía y Milú, que ha empezado su transformación en cerdo...
Ahí dejo un par de fotos.
 |
| Despliegue inicial |
 |
| Panimiel dando la lata a los compañeros sobre el Ultramundo |
